Cascada de Tres Tombos
Las emociones del Poeta Peregrino en cascada. Con el vértigo de aquello que corre, que cae, que sigue un destino sin saber cual es. Desde algún punto remoto, en la cima ignota de una isla en las costas de algún océano, nace el curso que va hacia algún lugar. Como las emociones del Poeta, el agua no entiende su recorrido, ni su nacimiento ni su sino final, si es que los tiene. Sobre las rocas desgastadas por incontables siglos, desdibujadas de tantas emociones que se dejaron arrastrar por sus espaldas. Enmarcadas con tanta espesura verde a modo de esperanzas. ¿Será posible adivinar en algún momento los significados? El Poeta se recuesta sobre la caída de aguas heladas y fuertes, cierra los ojos sintiendo los golpes sobre su cabeza y queda suspendido en la conciencia de la nada, en la inmensidad del infinito que viene tras de sí y que lo aguarda.
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