Danza de insomnio gris
Él,
sólo Él
sabe
si
fue vigilia
o sueño vívido
el
momento fatal
en
que mi alma
robaba
a la rosa
la
lágrima
de enamorado solitario,
en
el rosedal
de las tristezas blancas.
Él,
sólo Él
sabe
si
fue
mi brazo de espinillo
el
que lastimó
la
hostia consagrada
en
el momento álgido
de la comunión
de
nuestras savias trasnochadas.
Él,
sólo Él
sabe
aunque
tú
quizá también
sepas
qué
condena
nos cabe
a aquellos
que
alguna vez
transitamos
los silencios,
para
no manchar
los rostros inmaculados.
Él,
sólo Él
sabe,
que
a pesar de todo,
vivo
en la danza gris,
entre
la certeza
y la duda,
ese
arcano espacio
que infecta
noches de insomnio
para
que pueda aparecer
disfrazada
de ecuánime perdón
la
vacía
y turbia palabra.
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