Danza de insomnio gris
Él, sólo Él sabe si fue vigilia o sueño vívido el momento fatal en que mi alma robaba a la rosa la lágrima de enamorado solitario, en el rosedal de las tristezas blancas. Él, sólo Él sabe si fue mi brazo de espinillo el que lastimó la hostia consagrada en el momento álgido de la comunión de nuestras savias trasnochadas. Él, sólo Él sabe aunque tú quizá también sepas qué condena nos cabe a aquellos que alguna vez transitamos los silencios, para no manchar los rostros inmaculados. Él, sólo Él sabe, que a pesar de todo, vivo en la danza gris, entre la certeza y la duda, ese arcano espacio que infecta noches de insomnio para que pueda aparecer disfrazada de ecuánime perdón la vacía y turbia palabra.